La sequía está pasando factura al pantano de Santa Teresa, de donde se abastecen riegos y varias mancomunidades, hasta el punto de que se acerca ya al 50% de su capacidad embalsada.
Según los datos disponibles este jueves, cuenta con 270 hectómetros cúbicos embalsados, que supone un 54% del total posible; una cifra notablemente inferior al año pasado, cuando tenía 301 hectómetros e inferior también a la media de la última década, cifrada en 294, 5 hectómetros.
Sale agua para riego y para consumo humano y apenas entra de un Tormes que se quedó sin neveros en la Sierra de Gredos y que ha perdido mucho caudal. De hecho, el embalse ha perdido en sólo una semana 20 hectómetros cúbicos, cerca de una décima parte de la que tenía embalsada.
La Comisión de Desembalse de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) se ha reunido este mes de agosto para tratar “la preocupante situación a consecuencia de la sequía” y ha señalado al pantano de Santa Teresa como uno de los que cuentan con menos recursos acumulados aunque aún en situación más controlada. Desde la CHD se hace hincapié en “la necesidad de realizar un consumo responsable y eficiente de un bien preciado y escaso como es el agua”.